Mostrando entradas con la etiqueta EL RECIÉN NACIDO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta EL RECIÉN NACIDO. Mostrar todas las entradas

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Grupo 0, ¿sólo para viajar?

Tras leer mucha información a cerca del uso del Grupo 0 o Maxicosi (conocidos por este nombre por ser la marca que sacó al mercado el modelo y con la que se dio más a conocer) como elemento portabebés diario y habitual, encuentro muchas pegas y desventajas que explicaré a continuación, siempre bajo mi criterio profesional.
Como he comentado en otros posts anteriores, para mí la mejor manera de llevar a nuestro bebé en los primeros meses de vida es tumbado. Haremos excepciones al transportarlo en coche, teniendo que llevarlo en un Grupo 0 como la ley exige, o en ocasiones puntuales, colocándole sobre nosotros más erguido cuando lo tengamos en brazos en casa. Para el resto de momentos es preferible la posición de tumbado en sus cuatro variantes para que desarrolle adecuadamente la musculatura de la columna según su desarrollo normal.
¿Por qué no usar el Grupo 0 como portabebé habitual? Tras muchos estudios consultados que han realizado expertos (neuropediatras, traumatólogos u otros especialistas), se observa que éstos impiden que el bebé se pueda mover de la postura en que se le coloca, ya que la postura es fija y el espacio es reducido. no hay opción de colocar al bebé en otra postura que no sea boca arriba y flexionado. En cambio, en un cuco podemos colocarle de diferentes maneras; aunque el bebé no vaya a moverse solo, tiene opciones para ser colocado por los adultos, y así favorecer a un desarrollo adecuado.
En los Grupo 0 encontramos que esa postura que lleva el bebé es en V. Su apoyo principal es en la base de la columna, la cual aún no está formada y es cartilaginosa, no rígida como la del adulto. Esto hace que el bebé siempre tenga apariencia de tener papada y, no es por otra cosa que porque no tiene fuerza ni desarrollo suficiente en su musculatura para sujetar el peso de su cabeza. El cuello se encoge. También esto sucede en la espalda; no está recta, ya que no es rígida y, los efectos que tendrá en la columna de nuestro bebé en el futuro están por ver...
Está comprobado que si llevamos a nuestro bebé en un Grupo 0 para viajar en coche, debemos hacer paradas cada hora y media o dos horas, de unos veinte minutos, donde el bebé no esté en este espacio, ya que esta postura dificulta una adecuada respiración para el bebé, por lo mismo que hemos destacado anteriormente. Si el esqueleto es sujetado por nuestra musculatura y los huesos no están del todo formados ni los músculos tienen la suficiente fuerza porque tienen que desarrollarse, los pulmones están siendo oprimidos, por lo tanto, si llevamos a nuestro bebé siempre en esta postura, no estamos haciendo que su desarrollo sea el adecuado.
Otra pega que observo es el inadecuado desarrollo del cráneo. Los cambios posturales que siempre aconsejo en la posición de tumbado, son para favorecer, sobre todo, que los huesos del cráneo se formen adecuadamente, ya que no están cerrados cuando el bebé nace, y no son aún rígidos.
Hay ciertas patologías que se fomentan con el excesivo uso de algunos elementos o si no hay cambios posturales en los bebés.


Esto no quiere decir que si colocamos a nuestro bebé para viajar en coche en un Grupo 0 cada día dos horas para llevarle a algún sitio, vaya a desencadenar estas patologías. Pero si ponemos a nuestro bebé cada día tumbado boca arriba en su cuna, en la hamaca, de paseo en el Grupo 0, etc..., tendremos muchas más posibilidades de que esto suceda (braquicefalia en este caso).
La misma queja hago a cerca de las hamacas o los niños que simplemente permanecen colocados del mismo lado siempre.
Por ello la importancia de los cambios posturales, tratando favorecer el decúbito prono (boca abajo) que tanto suele costar a los padres, ya que los bebés tienden a quejarse. 

Todos los elementos en su justa medida son útiles y nos dan facilidades en la rutina diaria, pero debemos saber que hay nuevas opciones (Baby puff) y otras muy antiguas (cucos, cunas, colchonetas, mantas, tapices...) para poder tener a nuestro bebé en la postura adecuada y también controlado.

Lo que nos da libertad en la elección es tener información sobre lo que nos ofrecen. Cada uno que juzgue y escoja según su criterio y la información que tenga.

martes, 3 de septiembre de 2013

Primeros juegos y juguetes

Podemos observar algunos reflejos sencillos y patrones en los bebés desde que nacen. buscaremos momentos en los que el bebé esté despierto y activo. si esto no se da en los primeros días, esperaremos a que veamos el momento adecuado.

- Con el bebé tumbado boca arriba en una superficie, agitar un sonajero en el lado derecho (a unos 20 centímetros y sin que lo vea el bebé) y observar si gira un poco la cabeza, pestañea, mira un poco hacia ese lado. Igual con el lado izquierdo. Con este juego miraremos si responde a sonidos.
- Mover un objeto insonoro delante del bebé y observar si lo sigue o mira, a unos 15-20 centímetros de distancia. Aquí observamos su vista.
- Ponerle un dedo dentro de su palma de la mano (cuando esté abierta) y observar si responde al reflejo de prensión palmar, cogiéndonos el dedo con su manita. Los bebés tienen las manos abiertas cuando están relajados. Podemos hacer que las abran acariciando el inverso de la mano, el lado opuesto a la palma, con unas caricias suaves. Ya que tendemos a abrir las manos de los bebés intentando abrir sus dedos, y esto sólo fomenta lo contrario, que las cierren más.
- Lo mismo en los pies, poniendo un dedo nuestro bajo la planta, justo bajo sus dedos del pie, observaremos como cierra e intenta coger nuestro dedo como un monito a una rama de un árbol.
- Observaremos el reflejo de moro siempre que hay un sonido fuerte junto al bebé, o al meterle en el agua o dejarle en la cuna, se observa que el bebé encoje piernas y brazos y los estira de nuevo como si se diera un susto o tuviera un sobresalto. Esto es habitual durante los primeros meses de vida. Debemos sostener fuerte al bebé al ir a dejarle en la cuna o en la bañerita, ya que se potencia mucho el reflejo en estos momentos.
 Tumbarle boca abajo y observar hacia donde tiende a colocar más su cabeza. Trataremos de potenciar que la coloque de ambos lados.
- Potenciar los cambios posturales siempre en la posición de tumbado. Tumbarle en decúbito supino, en decúbito prono, en decúbito lateral izquierdo y en decúbito lateral derecho.


Algunos de los materiales de juego recomendados para los primeros meses de vida:

- Sonajeros con pocas anillas y en blanco y negro preferiblemente, ya que son los colores que más llaman la atención del bebé. Mis preferidos son de las marcas Sassy, Lamaze o Playgro. No pasan de los 10€ y podéis encontrarlos en El Corte Inglés, Toysrus, Carrefour, Dideco, internet…
 
- Campanillas o sonajeros que tengan cascabel o sonido, para hacer seguimientos visuales. Sirven los mismos de antes o cualquier objeto que suene. En Toysrus hay un pack de cuatro que sirve durante muchos meses, ya que tiene diferentes funciones (una campanita, unos cascabeles, una maraca…) y todo en pequeño y cuesta 15€. También están muy bien las manoplas y calcetines con cascabeles (primera foto), para potenciar que los bebés se miren y cojan sus manos y pies. Estos los podéis encontrar en Toysrus o El Corte Inglés.
Hay unas maracas pequeñas como las de Toysrus que os comentaba, pero que las venden individualmente en Imaginarium, que los bebés agarran bien cuando ya pueden.
    

Un pañuelo para cubrirle la cara y jugar a que se la descubra.
- Un espejo a la altura del bebé cuando le tumbamos, es decir, donde pueda mirarse cuando está tumbado.

Todos estos juegos los realizaremos en la manta de actividades que recomendaba en el post anterior.

lunes, 2 de septiembre de 2013

¿Qué necesitaré antes de que llegues?

A la llegada del bebé, son muchas las personas que suelen preguntar qué vamos a necesitar, qué queremos que nos regalen, dan consejos sobre lo que a ellos les ha sido útil, o nos prestan lo que ellos necesitaron y está prácticamente nuevo.

Hay objetos necesarios antes de la llegada de nuestro bebé, que debemos tener preparados con anterioridad, ya que hay que encargarlos en la mayoría de los casos. Estos objetos suelen ser los que necesitamos para llevar al bebé, transportarlo, llevarlo con nosotros o mantenerlo en un espacio.
Para mí los indispensables son:

- El cochecito de paseo, al principio en cuco. Es decir, un coche que mantenga al bebé totalmente tumbado en sus primeros meses de vida, ya que es la postura adecuada para el inicio ( de 0 a 6 meses). Lo usaremos hasta que el bebé deje de entrar en él preferiblemente y, trataremos de mantener esta postura hasta los seis meses de vida.
Por ello, al comprar un cochecito, lo que más miraré será que el cuco sea grande y espacioso, para que aguante el mayor tiempo posible en él.
También nos fijaremos en la silla que llevará más tarde, donde veamos que la postura es adecuada, donde se observe que hay diferentes posibilidades de posición y buena sujeción. El bebé debe ir cómodo, con buena postura y seguro.
El primero es de la marca Bugaboo, el segundo corresponde a la marca Uppababy y, el tercero es de Silver Cross.


- La cuna o minicuna. Son muchas las personas que compran al inicio una minicuna o un capazo para los primeros meses de vida, donde el bebé dormirá con los papás en la misma habitación. Suelen llevar ruedas y ser más ligeras que las cunas grandes de madera, y sirven para poder llevar al bebé por toda la casa sin necesidad de despertarle.

También existen cunas que tienen la posibilidad de bajar totalmente uno de los laterales para poder ponerla pegada a la cama de los padres y realizar semicolecho.
  

- La bañera- cambiador. Respecto a esto, son muchas las ofertas que se nos ofrecen. Hay bañeras tipo barreño que ofrecen menos movilidad al bebé y le contienen más, simulando la postura que tenía en el útero materno (tummy tub), y otras más grandes que sirven para el primer año de vida del bebé, que pueden llegar a tener cambiador al poner la tapa sobre ésta. Una de las claves para escoger bien es pensar en la estatura de los padres y la comodidad, ya que puede bañarse a un bebé dándole seguridad y contención igualmente en este último modelo.
La primera foto es el Tummy Tub y, la segunda es una bañera- cambiador de la marca Cosatto.
         

- La silla del coche. Al inicio debe ser un Grupo 0. Son muchas las marcas que nos ofrecen una silla de este tipo. Es muy importante la elección de esta pieza ya que aporta la seguridad del bebé en cada viaje que realice en coche. Es muy importante saber que la legislación vigente obliga a llevar a los bebés en un Grupo 0 homologado en cada viaje que éste realice. Hay cucos de cochecitos que también están homologados para ello, pero la seguridad que ofrecen no es del todo adecuada o total según mi opinión, ya que no sujetan la cabeza y el cuello del bebé ante un impacto.
Las sillas que más calidad y resistencia muestran son aquellas realizadas en Poliespan (corcho), como los cascos de los conductores de Fórmula 1. Es un material muy resistente y capaz de amortiguar golpes con mucha calidad.
La mejor colocación de la silla en nuestro coche, es tras el asiento del copiloto en contra de la marcha. Tras muchos estudios se ha detectado que es dónde mayor seguridad tiene el bebé.
La silla que más me gusta es de Klippan y el modelo es Kiss 2. Además esta silla dura hasta los 3 años de edad o los 18 kg. Se puede colocar mediante el sistema de anclaje Isofix.

- Manta de actividades. Al inicio la usaremos para cambiar de postura al bebé, jugar, hablar y cantarle...
Más adelante sí que servirá para estimular sus sentidos, en cuanto a tacto, vista u oído se refiere. Por ello lo que buscaremos al inicio será una manta que aísle del suelo, sea mullida y grande.
La que más me gusta a mí, porque reúne estas cualidades y tiene muy buen precio (30€), es la manta de Ikea.

El próximo post será sobre los materiales de juego que necesitaremos para estimular los sentidos de nuestro bebé y otros objetos.

jueves, 15 de agosto de 2013

Ir adquiriendo la rutina...

A PARTIR DE LOS 15 DÍAS, empezaremos a realizar cambios posturales con el bebé, poniéndole a ratitos (10 minutos cada postura) boca arriba, de un lado, del otro y boca abajo. Siempre tumbado, nunca sentado sobre nosotros, ni en hamacas u otros elementos que no le permitan estar totalmente en horizontal (hasta los seis meses aprox.).
Debemos pensar que su espalda debe estar siempre recta y con el peso repartido por igual, y esto sólo lo consigue con la postura de tumbado en sus cuatro variantes.
Este primer mes podemos tratar de colocar los brazos del bebé cuando está boca abajo hacia delante, es decir, colocado boca abajo le pondremos las manitas delante de su cabeza, para que no tenga que hacerlo solo. Pero poco a poco dejaremos que lo haga él y observaremos si hay progreso.
Hay que observar qué tendencia tiene nuestro bebé. Hay algunos que giran más la cabeza a un lado que a otro, o incluso los papás tienden a tumbarle siempre del mismo lado, o darle de comer siempre en la misma postura. Es importante cambiarnos al bebé de brazo cada vez que coma, o al bañarle, para que no siempre esté colocado igual. Debemos tumbarle sobre cualquiera de nuestros brazos, aunque nos sea más incómodo porque seamos zurdos o diestros.
El baño: A los bebés se les baña cada día para que adquieran cierta rutina, pero no es necesario, incluso podemos bañarle sólo en agua sin jabón a días alternos (un día jabón, otro no). Es importante el baño para que se habitúe al agua, reconozca que tras el baño vienen otras actividades (rutina), se relaje, comparta un tiempo con los papás de atención total (buen momento para que esté con el padre)… Hay que hacer especial hincapié en sus lorcitas, en los pliegues, ya que los bebés se chupan mucho, y tienden a acumular pelusitas en estos pliegues a lo largo del día. Siempre hay que sostener su cabeza, aunque la bañera sea muy pequeña, y sostenerlo firme y con fuerza para que no resbale.
Bañaremos primero su cuerpo y dejaremos que mueva sus extremidades en el agua, para que vaya disfrutando de este momento cada día más. Después lavaremos su cabecita, que suele ser lo que menos les gusta, tratando de evitar el agua en los ojos.
Para mí la mejor bañera es aquella que esté a la altura de los padres (por comodidad, da mayor seguridad y estabilidad para agarrar al bebé)  y donde el bebé pueda chapotear un poco según vaya creciendo.

Lo mejor tras el baño es emplear aceite corporal, de almendras u otro que elijáis, pero preferiblemente de herbolario, o farmacia, antes que otros incluso que venden específicamente para bebés. Cuantos menos químicos lleve mejor, ya que es una piel nueva, delicada y que no tiene necesidad de ser hidratada.
El primer día se puede aplicar aceite en una parte de la piel del bebé, pequeña, para observar si tiene o no alergia al aceite, y si en 24 horas no observamos ningún cambio en su piel, podemos aplicarle ese aceite tras el baño cada día o en el masaje.
El masaje suele realizarse tras el baño, untando nuestras manos en aceite y frontándolas para calentarlo.
Podemos hacer esto frente a la mirada del bebé, para que vea esta acción cada día y poco a poco vaya sabiendo que tras frotar nuestras manos llega el masaje. El sonido que hacemos al frotarlas y el olor que desprende el aceite, le sirve como estímulo y anticipación a esta actividad.
Podemos empezar por el tronco, sobre el pecho, la tripa y la espalda, seguir por las extremidades acabando en sus manos y pies, y terminar con su carita.
Se tiende a tener dificultad a la hora de cortar las uñas a nuestros bebés. Lo más recomendado es limarlas en los primeros meses de vida, ya que se fortalecen, endurecen y no corremos el peligro de cortar al bebé si se mueve. Podemos aprovechar aquellos momentos de sueño profundo, donde sabemos que tiene más dificultad para despertarse.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Adaptándose a una nueva vida

Cuando un bebé nace, son muchos los consejos que reciben los papás sobre lo que tienen que hacer, lo que es adecuado y lo que no, cómo dar de mamar, si coger o no en brazos, dejar llorar o no al bebé, etc. 
Cada uno trata de compartir su experiencia y decir lo que ha funcionado en su caso y, todos estos consejos que quieren servir como ayuda, se convierten en contradicciones y dudas que siembran confusión en los recién estrenados papás.
Por muchos libros que se lean, información que se vaya adquiriendo u otras ideas, nuestro bebé será único y diferente a lo que cada uno comente respecto a su experiencia.
Por ello debemos basarnos en las señales que nuestro bebé emita, aunque nos parezca que es imposible que esté comunicándose siendo tan pequeño, lo está haciendo con sus herramientas y es importante prestar atención a éstas para ir conociéndonos.
Los bebés se comunican al inicio en su mayor parte del tiempo mediante el llanto, tratando de buscar respuesta a sus necesidades mediante éste. 
Por tanto, debemos estar alerta para ir identificando los diferentes llantos de nuestro bebé y saber qué le pasa en cada caso y qué respuesta dar.
La tranquilidad y la confianza en uno mismo, es un instrumento esencial en este proceso.
Cuanto más tranquila esté la persona que coge o trata de calmar al bebé, más breve será su llanto y angustia (siempre que el llanto sea por necesidades cotidianas de alimentación, sueño o higiene)  ya que el bebé identifica nuestro tono de voz, nuestra respiración (nerviosa, tranquila, rápida…) o nuestros cambios posturales y según eso, también cambia su comportamiento.. Si el llanto persiste suele ser debido al dolor por gases, cólicos u otros problemas, por ello acudiremos al pediatra para que trate de darnos respuesta y tranquilidad a nuestro problema.
La paciencia nos será imprescindible para conocernos y escuchar y comprender al otro.
Cada bebé tendrá sus propios ritmos de somnolencia, sueño (ligero o profundo), vigilia (activa o calmada) y llanto.
Dependiendo de éstos debemos ajustarnos a sus necesidades y así buscar los momentos adecuados de actividad, juego, calma, sueño, alimentación, baño, etc.
El bebé tiene que ir adaptándose a su familia, a las rutinas y al mundo que le rodea.
Buscará estrategias ayudado de su entorno para adaptarse a éstas.

En el primer mes de vida nos dedicaremos a observar y conocer a nuestro hijo, a mimarlo y a buscar tiempos a solas con él, ya que tiene pocos momentos de actividad y tiende a dormir mucho.
Son muchos los cambios y la adaptación es un proceso costoso en el que debemos darnos el tiempo necesario para ajustarnos y formar nuestros hábitos como familia.