miércoles, 14 de agosto de 2013

Adaptándose a una nueva vida

Cuando un bebé nace, son muchos los consejos que reciben los papás sobre lo que tienen que hacer, lo que es adecuado y lo que no, cómo dar de mamar, si coger o no en brazos, dejar llorar o no al bebé, etc. 
Cada uno trata de compartir su experiencia y decir lo que ha funcionado en su caso y, todos estos consejos que quieren servir como ayuda, se convierten en contradicciones y dudas que siembran confusión en los recién estrenados papás.
Por muchos libros que se lean, información que se vaya adquiriendo u otras ideas, nuestro bebé será único y diferente a lo que cada uno comente respecto a su experiencia.
Por ello debemos basarnos en las señales que nuestro bebé emita, aunque nos parezca que es imposible que esté comunicándose siendo tan pequeño, lo está haciendo con sus herramientas y es importante prestar atención a éstas para ir conociéndonos.
Los bebés se comunican al inicio en su mayor parte del tiempo mediante el llanto, tratando de buscar respuesta a sus necesidades mediante éste. 
Por tanto, debemos estar alerta para ir identificando los diferentes llantos de nuestro bebé y saber qué le pasa en cada caso y qué respuesta dar.
La tranquilidad y la confianza en uno mismo, es un instrumento esencial en este proceso.
Cuanto más tranquila esté la persona que coge o trata de calmar al bebé, más breve será su llanto y angustia (siempre que el llanto sea por necesidades cotidianas de alimentación, sueño o higiene)  ya que el bebé identifica nuestro tono de voz, nuestra respiración (nerviosa, tranquila, rápida…) o nuestros cambios posturales y según eso, también cambia su comportamiento.. Si el llanto persiste suele ser debido al dolor por gases, cólicos u otros problemas, por ello acudiremos al pediatra para que trate de darnos respuesta y tranquilidad a nuestro problema.
La paciencia nos será imprescindible para conocernos y escuchar y comprender al otro.
Cada bebé tendrá sus propios ritmos de somnolencia, sueño (ligero o profundo), vigilia (activa o calmada) y llanto.
Dependiendo de éstos debemos ajustarnos a sus necesidades y así buscar los momentos adecuados de actividad, juego, calma, sueño, alimentación, baño, etc.
El bebé tiene que ir adaptándose a su familia, a las rutinas y al mundo que le rodea.
Buscará estrategias ayudado de su entorno para adaptarse a éstas.

En el primer mes de vida nos dedicaremos a observar y conocer a nuestro hijo, a mimarlo y a buscar tiempos a solas con él, ya que tiene pocos momentos de actividad y tiende a dormir mucho.
Son muchos los cambios y la adaptación es un proceso costoso en el que debemos darnos el tiempo necesario para ajustarnos y formar nuestros hábitos como familia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario